Ser Un profesor Hoy

18.07.2011 02:42

por  Miguel A SantosDiario de Sabadell,

 

Seg.n una reciente encuesta brit.nica, uno de cada dos profesores desear.a dejar la

profesi.n a la menor oportunidad. Algo parecido parece ocurrir en otros pa.ses, entre ellos el

nuestro. ÀQu. est. pasando? ÀMerece la pena dedicarse a esta tarea hoy?

Hay motivos para el pesimismo, ya lo s.; la formaci.n pedag.gica es corta y deficiente,

se valora poco en la sociedad el quehacer docente, el contexto organizativo deja mucho que

desear, existen competidores sociales potentes (los medios de comunicaci.n, el mundo

inform.tica, las experiencias vitales ... ), la autoridad tradicional se resquebraja, algunos chicos

y chicas se resisten a estudiar y se muestran insolentes, el trabajo intelectual no tiene las

recompensas laborales que propiciaba hace a.os...

Sobre el desaliento del profesorado, en primer lugar, quiero decir que las malas

condiciones no son una condena insalvable. He visto trabajar a profesores en otras latitudes

del mundo. Algunos en condiciones much.simo peores que las nuestras. Peor formaci.n,

sueldos miserables, medios muy inferiores... Y los he visto trabajar con entusiasmo, con ilusi.n,

con esperanza. No quiere esto decir que no haya que luchar por unas condiciones mejores, por

un ejercicio profesional digno. Solamente digo que con inmejorables condiciones puede haber

pesimismo y amargura.

Deseo plantear algunas razones por las que merece la pena ser profesor hoy:

Porque es una tarea imprescindible: enunciamos problemas sangrantes de todo tipo.

Buscamos soluciones en mil sitios. Y olvidamos frecuentemente la educaci.n como medio

supremo. Hacen falta, pues, profesionales capaces de ayudar a las personas a crecer, de

ense.arles a convivir, de abrirles el camino del bien y de la verdad. Porque es una tarea dif.cil

(y arriesgada): consiste en trabajar con ÇmaterialesÈ complej.simos (concepciones,

conocimientos, sentimientos, emociones, valores, ideas, creencias, expectativas ... ). Es dif.cil

tambi.n porque cada persona es un mundo diferente. Y porque hoy aparecen en la cultura

invitaciones potentes a recorrer caminos equivocados. La dificultad se puede vivir como

castigo o como reto.

Porque es una tarea enriquecedora para quien la recibe y para quien la realiza. No

hablo de dinero (aunque no se debe olvidar esta faceta). Si se pretendiese incentivar la

profesi.n docente s.lo con dinero, Àno acudir.an a ella los m.s avaros en lugar de los m.s

generosos? Trabajar con seres humanos encierra una posibilidad enorme de desarrollo

personal y social.

Porque es una tarea gratificante: se insiste en los problemas de la profesi.n, en sus

facetas amargas. Se habla menos de sus dimensiones gratificantes, de sus est.mulos,

incomparables a los que brinda cualquier otra profesi.n. ÀQu. hay semejante a ese

alumbramiento en el saber, en la honestidad y en la convivencia que la tarea de educar? ÀQu.

hay comparable al hecho de ayudar a que las personas sean m.s inteligentes, m.s

bondadosas, m.s felices? Porque es una tarea hist.rica: los profesores constituyen eslabones

silenciosos en la cadena que conduce a la humanidad hacia el progreso y la mejora.

ÀQu. hubiera sido del mundo y de la historia sin los maestros? Quienes tienen

conocimiento tratan de utilizarlo en su beneficio (y de esconderlo a los competidores). Sin

embargo, los profesores forman un grupo humano que tiene por oficio compartir todo lo que

saben.

Comparto el hilo argumental de Manuel Rivas en un art.culo titulado ÇAmor y odio en

las aulasÈ: ÇLa escuela se ha vuelto m.s conflictiva porque cada vez alberga m.s tiempo de

vida, m.s complejidad. Es el espacio de la familia y de la relaci.n comunitaria lo que se ha

achicado. Para muchos adolescentes, la amistad, y tambi.n el odio, tiene por principal y casi

.nica v.a la puerta del colegio o del instituto. La conflictividad no es tanto un rechazo como un

SOSÈ.

Dec.a hace unos meses el fil.sofo Emilio Lled..ÇEnse.ar es una forma de ganarse la

vida pero, sobre todo, es una forma de ganar la vida de los otrosÈ. No se gana la vida de los

otros metiendo en su cabeza datos y conocimientos inertes sino en so..ndoles a pensar y a

convivir. ÇExcelente maestro es aquel que, ense.ando poco, hace nacer en el alumno un

deseo grande de aprenderÈ, dice Arturo Graf.

Esta es una tarea que, arrastrada como un castigo, resulta insoportable y que, vivida

con entusiasmo, resulta apasionante. Para vivirla con entusiasmo hay que tener sobre ella un

conocimiento especializado. Hay que amarla. Los alumnos tienen un radar que les permite

saber qu. profesores se preocupan de verdad por ellos. El t.tulo de un reciente libro noruego

dice que los alumnos aprenden de aquellos profesores a los que aman.

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